David y María

Desde la primera carta tuve un buen presentimiento sobre él. Para ser sincera, la apariencia no era importante para mí, pero él era muy atractivo. Había muchos hombres interesantes, no sólo él, pero sentí su energía interior. Para mí, conocer en persona es muy importante, aunque no hablo inglés con fluidez. Por eso empecé a aprenderlo.

Decidimos encontrarnos en mi ciudad natal.quería estar segura de que este hombre al que intentaba conocer tan bien era la persona adecuada para mí, y de que también le gustaría a mi familia. Soy una persona muy romántica y fue una agradable sorpresa descubrir que él era igual

Cuando le vi por primera vez, me sentí muy feliz. Al instante sentí el deseo de hacerle lo más feliz posible. Lo pasamos muy bien juntos Paseando, hablando, aprendiendo, soñando. Compartimos abrazos, besos, pensamientos, ideas y objetivos para nuestro futuro juntos. Pasamos una semana increíble.

Durante este tiempo en Poltava nos hicimos tan amigos que nos echábamos de menos cuando no estábamos juntos. Cuando estábamos separados, tenía la sensación de que faltaba algo especial. Me encanta darle sorpresas a mi hombre sin esperar nada a cambio, sólo para ver la sonrisa en su cara.

Disfrutaba con nuestros largos paseos, nuestras visitas a museos e iglesias y nuestras cenas románticas. No quiero nada más en este mundo que ver feliz a mi pareja.

Juntos decidimos hacerlo oficial y empezar una relación. Fue un gran riesgo, ¡pero mereció la pena correrlo! Ahora puedo decir que fue la historia de amor más brillante de mi vida y que él fue la razón por la que dejé el sitio.

María